domingo, 9 de octubre de 2011

Brutalismo





Entre las décadas de 1950 y 1970 se impusieron las obras toscas y desaliñadas que mostraban los materiales y las técnicas constructivas sin delizadezas ni elegancia. Con materiales rústicos, texturas naturales y dominio de las formas volumétricas y monumentales, el brutalismo expresó su desprecio por la pulcritud y los acabados. Los elementos estructurales se hicieron visibles generando una estética muy austera y de apariencia áspera. 

La joyería no quedó exenta de este movimiento, tomando su principal inspiración de la naturaleza: metales sin pulir, gemas cristalizadas y piedras en estado natural.

El "brutalista" fue a contrapelo de la vacuidad del modernismo de post guerra haciendo gala de un lenguaje sólido y auténtico. En francés, "brut" significa "crudo". Primero en arquitectura, y luego en otros ámbitos del diseño, el brutalismo puso en evidencia uno de los mayores conflictos del diseño: funcionalidad versus ornamentación y convencionalismo.  En su momento de auge Dior y Chanel produjeron joyas con este estilo, y hace unos años se lo ve en muchas piezas de Cristian Lacroix y en muchas de Roberto Cavalli.

Estos anillos, así como otras muchas piezas de "à", siguen esta tendencia.
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